sábado, 22 de junio de 2013

Ludwig van Beethoven
(Bonn, actualmente Alemania, 1770 - Viena, 1827) Compositor alemán. Nacido en el seno de una familia de origen flamenco, su padre, ante las evidentes cualidades para la música que demostraba el pequeño Ludwig, intentó hacer de él un segundo Mozart, aunque con escaso éxito.
La verdadera vocación musical de Beethoven no comenzó en realidad hasta 1779, cuando entró en contacto con el organista Christian Gottlob Neefe, quien se convirtió en su maestro. Él fue, por ejemplo, quien le introdujo en el estudio de Bach, músico al que Beethoven siempre profesaría una profunda devoción.

Ludwig van Beethoven
Miembro de la orquesta de la corte de Bonn desde 1783, en 1787 Ludwig van Beethoven realizó un primer viaje a Viena con el propósito de recibir clases de Mozart. Sin embargo, la enfermedad y el posterior deceso de su madre le obligaron a regresar a su ciudad natal pocas semanas después de su llegada.
En 1792 Beethoven viajó de nuevo a la capital austriaca para trabajar con Haydn y Antonio Salieri, y se dio a conocer como compositor y pianista en un concierto que tuvo lugar en 1795 con gran éxito. Su carrera como intérprete quedó bruscamente interrumpida a consecuencia de la sordera que comenzó a afectarle a partir de 1796 y que desde 1815 le privó por completo de la facultad auditiva.
Los últimos años de la vida de Beethoven estuvieron marcados también por la soledad y una progresiva introspección, pese a lo cual prosiguió su labor compositiva, e incluso fue la época en que creó sus obras más impresionantes y avanzadas.
Obras de Ludwig van Beethoven
La tradición divide la carrera de Beethoven en tres grandes períodos creativos o estilos, y si bien el uso los ha convertido en tópicos, no por ello resultan menos útiles a la hora de encuadrar su legado.
La primera época abarca las composiciones escritas hasta 1800, caracterizadas por seguir de cerca el modelo establecido por Mozart y Haydn y el clasicismo en general, sin excesivas innovaciones o rasgos personales. A este período pertenecen obras como el célebre Septimino o sus dos primeros conciertos para piano.
Una segunda manera o estilo abarca desde 1801 hasta 1814, período este que puede considerarse de madurez, con obras plenamente originales en las que Ludwig van Beethoven hace gala de un dominio absoluto de la forma y la expresión (la ópera Fidelio, sus ocho primeras sinfonías, sus tres últimos conciertos para piano, el Concierto para violín).
La tercera etapa comprende hasta la muerte del músico y está dominada por sus obras más innovadoras y personales, incomprendidas en su tiempo por la novedad de su lenguaje armónico y su forma poco convencional; la Sinfonía n.º 9, la Missa solemnis y los últimos cuartetos de cuerda y sonatas para piano representan la culminación de este período y del estilo de Ludwig van Beethoven.
En estas obras, Beethoven anticipó muchos de los rasgos que habían de caracterizar la posterior música romántica e, incluso, la del siglo XX. La obra de Ludwig van Beethoven se sitúa entre el clasicismo de Mozart y Haydn y el romanticismo de un Schumann o un Brahms . No cabe duda que, como compositor, señala un antes y un después en la historia de la música y refleja, quizá como ningún otro –a excepción de su contemporáneo Francisco de Goya–, no sólo el cambio entre el gusto clásico y el romántico, entre el formalismo del primero y el subjetivismo del segundo, sino también entre el Antiguo Régimen y la nueva situación social y política surgida de la Revolución Francesa.
Efectivamente, en 1789 caía La Bastilla y con ella toda una concepción del mundo que incluía el papel del artista en su sociedad. Siguiendo los pasos de su admirado Mozart, Ludwig van Beethoven fue el primer músico que consiguió independizarse y vivir de los encargos que se le realizaban, sin estar al servicio de un príncipe o un aristócrata, si bien, a diferencia del salzburgués, él consiguió triunfar y ganarse el respeto y el reconocimiento de sus contemporáneos.

viernes, 21 de junio de 2013

   
lA MaGiA De uNo  dE lOs mEjOrEs PoRtErOs dEl MuNdO OlIvEr kAhN

viernes, 14 de junio de 2013

22 de noviembre
Día Internacional del Músico
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Cada 22 de noviembre se rinde especial homenaje a cuantos han dedicado su vida a la creación y la ejecución musical, regalándole al público, a través de los diversos géneros, melodías, ritmos y sonoridades que elevan el espíritu y colman de plenitud la existencia.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), estableció el 22 de noviembre como Día Mundial de la Música, con la finalidad de ofrecer un merecido tributo a músicos cuya contribución artística ha acompañado el desarrollo de la civilización occidental a través de los siglos.
El término música proviene del griego mousike, que significa «arte de las musas». Como toda manifestación artística, es un producto cultural. Su objetivo es suscitar una experiencia estética en el oyente, así como expresar sentimientos, circunstancias, pensamientos o ideas. Se trata de un estímulo que afecta de manera total el campo perceptivo del individuo; así, el flujo sonoro puede cumplir variadas funciones, ya sean de entretenimiento, comunicación, ambientación, entre otros.
La música es, además, un lenguaje que une a las personas a través de los ritmos y los sonidos. Es un medio de expresión único, capaz de trascender barreras culturales de otro modo infranqueables, porque apela a algo esencial, la sensibilidad, la facultad de sentir emoción. En la antigüedad, las manifestaciones musicales del hombre  consistían en la exteriorización de sus sentimientos armonizando el sonido de su propia voz, para diferenciarlo del hablar cotidiano utilizado para comunicarse. Los primeros instrumentos fueron los objetos o utensilios, o el mismo cuerpo del hombre, capaces de producir sonidos.
Una clasificación de instrumentos musicales primitivos incluiría varios tipos:
  1. Autófonos: producen sonidos por medio de la materia con la que están construidos.
  1. Membranófonos: instrumentos sencillos, como los tambores, hechos con una membrana tirante, sobre una nuez de coco, un recipiente cualquiera o una verdadera y autentica caja de resonancia.
  1. Cordófonos: de cuerda, el arpa.
  1. Aerófobos: el sonido se origina mediante vibraciones de una columna de aire.
Esto revela que las posibilidades de creación musical solo encuentran límite en la naturaleza que nos circunda y en nuestra propia capacidad de crear sonidos armónicos. En nuestros días, gracias al adelanto tecnológico acumulado por milenios, existen incontables instrumentos, variedades y creadores musicales.
Además de genios como Ludwig van Beethoven, Wolfgang Mozart o Johann Sebastian Bach, este día honramos también el aporte de insignes creadores y ejecutantes de todos los géneros, como Louis Armstrong Jr.,  Luciano Pavarotti, María Callas, Teresa Carreño, Carlos Gardel, Ernesto Lecuona, Agustín Lara, Arsenio Rodríguez, Celia Cruz, Aldemaro Romero y Luis Mariano Rivera.